Los términos drogas duras y drogas blandas, son una clasificación arbitraria que actualmente, está en desuso en todos los campos relacionados con estas sustancias. En su origen, pretendieron servir para distinguir las drogas altamente adictivas que producen daños serios a la salud (duras), de las poco adictivas o no adictivas que no presentan un riesgo grave para quien las consume (blandas). En este sentido, las drogas duras serían aquellas que producen dependencia física y psicológica y las blandas sólo producen dependencia psicológica. ¿Duras? La cocaína, las anfetaminas, y los opioides como la heroína y la morfina son comúnmente descritos como duras. Aunque esto no ha sido siempre así, sino que ha sido bastante dependiente de cada época y contexto. De hecho la anfetamina no se consideraba dura y era además un medicamento de prescripción legal para diferentes usos. De acuerdo, a investigadores hay evidencia médica que indica que el alcohol y la nicotina, los cuales son legales en la mayoría de los países, deberían ser etiquetados como duras ya que ambos son adictivos, asociados con índices de mortalidad elevados, y causan un mayor daño al organismo que otras ilegales. Los mal llamados, alucinógenos son muchas veces considerados duras, aunque no sean adictivos ni provoquen casos de muerte o toxicidad grave en sus usuarios, debido a sus efectos imprevistos. La política de Holanda y otros países europeos, incluida España, clasifica a los alucinógenos como duras aunque algunas de sus fuentes vegetales no están prohibidas si su uso es ornamental, dándose el caso de que están prohibidas como la mescalina, no lo están en sus formas no procesadas como el peyote o el San Pedro, que son los dos cactus clásicos que la contienen. ¿Blandas? En este precepto entrarían las sustancias que no producen una dependencia física pero si psicológica. En principio marihuana, hachís y tabaco. El término blanda, es usualmente aplicado al cannabis (marihuana o hachís), porque no está relacionado con muertes, crimen o violencia entre sus consumidores y no hay evidencia de que produzca adicción física. Actualmente se sabe que la marihuana puede despertar estados prepsicóticos y psicóticos en personas propensas, además de causar daño cerebral y problemas asociados de aprendizaje, atención , memoria y concentración en jóvenes. La distinción, entre drogas duras y blandas es de suma importancia en Holanda, donde el cultivo, la venta y el consumo de cannabis gozan de tolerancia por parte de las autoridades, si bien las leyes a las que están sometidos por la firma de los convenios internacionales sobre sustancias, son los mismos que las del resto de los países europeos, y sólo cambia la forma de aplicar esa prohibición, no persiguiendo a las personas que compran, venden y poseen pequeñas cantidades de cannabis. Conclusiones |
Las críticas a esta clasificación van en la línea de que hace una separación entre dependencia física y psicólogica, calificando la física de más peligrosa o nociva, cuando actualmente se sabe que la dependencia psicólogica es de las más díficiles de tratar porque conlleva una ruptura de hábitos de la persona consumidora e incluso un cambio de vida y reestructuración para poder superarla. Además se considera que el grado de dependencia o malignidad no depende tanto de la sustancia en sí, sino del uso y la cantidad que hagamos de ella.
También sitúa a las drogas blandas como inocuas, cuando no lo son. Las drogas son drogas, y no hay ninguna droga inofensiva, todas sin excepción de ninguna provocan consecuencias. Además el alcohol y el tabaco, que pueden parecer “menos dañinas” y que son legales, son la puerta de entrada de otras sustancias, además de ser actualmente un rito de iniciación a la adolescencia.
Actualmente esta clasificación esté en desuso y se prefiere utilizar la referente a los efectos que produce en el Sistema Nervioso Central, y es más adecuada y cercana a la evidencia científica. De esta manera tenemos los depresores o tranquilizantes,(OH, barbitúricos, opio y sus derivados…), los estimulantes (cocaína, anfetaminas, nicotina,…)y los alucinógenos (como el MDMA, LSD, mescalina,..). En este sentido destacar que algunos autores sitúan la marihuana en tranquilizante y otros en alucinógenos o psiquedélicas, debido a que puede presentar los 2 efectos, dependiendo de la persona, de la sustancia y de la cantidad.
Hay otras clasificaciones de sustancias, menos conocidas como efectos farmacológicos, considerando su condición legal, la clasificación en 4 listas entorno a su peligrosidad y según su nivel de adicción.